domingo, 30 de septiembre de 2007

Pepsi Music 07 - Día 8

El tono del horror

En la noche más esperada de todo el festival, Marilyn Manson cantó ante 22 mil personas. Antes, El Otro Yo, Cabezones y Massacre calentaron la jornada.




Impresiona, de verdad. Pero no por las cuestiones obvias de aspecto, sino por su magnética escena (nadie hasta el momento caminó el escenario del Pepsi como él), por su personaje (montado de manera perfecta), por su voz en excelente estado, el sonido (fuerte como corresponde, con una mezcla nítida como debe ser), su espectáculo (que va más allá de las citas a filmes clase B o a Alice Cooper), su banda (que entendió de maravillas todos los trucos del dark, el rock gótico y el industrial) y un show corto pero contundente. Marilyn Manson, un artista con todas las letras.

Ya habían pasado más de quince minutos de la hora pactada para que Marilyn Manson saliera al escenario y, aunque la impaciencia se hacía insoportable, todos sabían que éste, el más importante show del festival, no los iba a decepcionar. Y así fue: desde el primer tema, "If I was your vampire", aunque no fue la más contundente elección para comenzar, la fuerza del recital del Reverendo fue creciendo, pasando por los hits "Disposable Teens", "mObscene" y la combinación entre "Sweet Dreams" y "Lunchbox".Los elementos de color no pudieron faltar: con una suerte de antifaz fucsia pintado en la cara, Manson prefirió no utilizar los grotescos juegos de leds instalados por defecto en el escenario principal en pos de favorecer una puesta basada en luces que interactuaban con su maquillaje fluorescente. Su vistoso vestuario fue mutando durante todo el show y los accesorios lo completaron: su micrófono se convirtió en cuchillo durante el primer tema (al mejor estilo Alice Cooper) y, para adornar su nuevo corte "Heart-Shaped Glasses", se puso los mismos anteojos con forma de corazón que usó para filmar el clip. El clímax de la velada lo alcanzó con "Fight Song" y el esperado "Beautiful People" cerró la presentación de la Bestia aunque, en total, haya tocado tan sólo doce temas. Antes de Manson, El Otro Yo demostró que el segundo escenario les quedó, como era de suponerse, chico. Con Diego Vainer como invitado en teclados (además del Brujo Gabriel Guerrisi, ya miembro estable de los de Temperley), los hermanos Aldana y Ray Fajardo funcionaron como el motor de un Fórmula 1 del segundo pelotón (un Honda, por poner un ejemplo tuerca), con todas las ganas de pelearle a los de arriba del podio. Cuando sonó un hit inoxidable como "La música", quedó claro que canciones no les faltan.




Corriendo con mejor suerte que el año pasado, la presentación de Massacre en el marco de este festival estuvo bañada por el sol y no por la lluvia. De todas formas, y como siempre, Walas se comió el escenario y bendijo a todos "los vampiros" concurrentes con su histrionismo y su humor. Comenzando con "Mi mami no lo hará", la banda completó la tarde rindiendo "homenaje al último glam de esta época, Marilyn Manson, con un tema de aquella época", y sonó "Ziggy Stardust" de David Bowie, en una toma más parecida al cover que realizó Bauhaus en los eighties que al original.Y después que Los Natas se pasearan por su habitual colección de temas en el segundo tablado (un show quizás no del todo apto para festivales de esta calaña, ya que la reducción de su concierto conspira con los climas setentosos y psicodélicos que crean Villagra, Broide y Sergio Ch), Cabezones salió a escena, presentando su nueva formación que incluye, aparte de a César Andino y a Alejandro Collados, a Leonardo Licitra y Pablo Negro (guitarras) y Matías Terragona (bajo). Con un frontman no del todo recuperado tras el accidente que sufrió junto a Gaby Ruiz Diaz (se mostró sentado en una silla de ruedas, y arengó por la recuperación del bajista de Catupecu Machu) el grupo recorrió toda su trayectoria, con la potencia dark y guitarrera de siempre.




sábado, 29 de septiembre de 2007

Pepsi Music 07 - Día 7
Dia Verde


Más de 20 mil personas presenciaron los shows de The Wailers, Los Cafres, Big Youth y Karamelo Santo en la jornada reggae del festival.

Ocupando el lugar en el que alguna vez estuvo Bob Marley y hasta principios de este año Gary Pine, Elan Atias, el nuevo miembro de The Wailers, salió al escenario entonando "Natural Mystic". Minutos antes, la mítica banda había iniciado su show con un tema instrumental. Con una voz asombrosamente similar a la del Rey Bob, este blanco oriundo de Los Angeles que vistió para la ocasión una remera de Argentina, interpretó fielmente clásicos como "Stir it up", "I shot the sheriff" y "No woman no cry", a pesar de sus limitaciones como showman. Los bises incluyeron la emotiva e infaltable "Redemption Song" y la noche llegó a su fin con una extendida versión de "Exodus". Ya posicionados solos y lejos como la banda más popular del reggae local de la actualidad, Los Cafres optaron por recorrer su trayectoria comprimiendo 23 temas de su discografía en sólo 70 minutos. Lo lograron mezclando temas como "Suena la alarma", "A pesar", "El romano"y "Sueña" en segmentos no superiores a los 10 minutos. Así terminaron de presentar su anitiguo material ante nuevo público, sin que falten hits como "Si el amor se cae". Al mismo tiempo, los españoles de Canteca de Macao se consagraban como una de las revelaciones del festival en el escenario Roxy. Su mezcla de reggae, ska y un poco de flamenco con vuelo jazzero a cargo de nueve músicos, sedujo al público gracias a la carismática cantante Ana Saboya (dotada de una potente voz gitana) y la completa puesta que incluyó una performance de malabares con fuego.

Pero el primer nombre convocante del día fue Big Youth, que se impuso con "I Pray Thee", el tema que abre su disco Jamming in the house of dreads. A través de su bien recibido recital, la leyenda del reggae jamaiquino intentó pronunciar algunas palabras en castellano (intercalando "Te amo" con "I love you, Buenos Aires"), se puso al frente de una versión de "Jamming", otra de "Hit the road Jack" del maestro Ray Charles, después tener a su hijo rapero Tafari, conocido como Rude Boy, aportando rimas. Ya oscureciendo y con el campo un tanto más poblado, Karamelo Santo agregaba algunas bases rockeras a la fecha y cortaba un tanto con la monotonía tricolor. Interpretando varios temas de su nuevo álbum, los mendocinos mantuvieron un contundente show e invitaron a su público a "acariciar a la pachamama" mientras todos, incluso los miembros de la banda, se agachaban lentamente para terminar sentados durante la fusión de los temas "Fruta amarga" y "Tomate un vino". El cover de The Clash, "Should I stay or should I go", sería uno de los últimos temas antes de los bises que incluyeron "No tan distintos" de Sumo y el incluido en su último trabajo, "What a wonderful world".
"¿Les gusta esta música?", Fidel Nadal preguntó a la pequeña multitud que se agrupaba frente al escenario principal del Club Ciudad y permitía, ante la respuesta afirmativa, que el día del reggae empezara de manera positiva. Esta vez su amigo Pablo Lescano, líder de Damas Gratis, lo acompañó para "Vamos a Robar". Luego de menos de una hora, y mientras el ex TTM daba una entrevista y contaba acerca de su experiencia junto a La Mancha de Rolando (en el quinto día de este festival) y , Pablo Molina (el también ex cantante de TTM) comenzaba sobre la escena opuesta para tocar casi por completo las canciones de su disco, En el valle de la decisión. El line up de esta fecha temática da la sensación de que no ha cambiado mucho el panorama del reggae nacional. Salvo ausencias como Nonpalidece, buena parte de las figuras locales del género volvieron a ocupar el mismo lugar que el año pasado. Entre los pocos cambios se encuentra Dread Mar I, que salto a un escenario secundario que no le quedó grande.




Canteca de macao, se moja los labios con el flamenco y lanza su manifiesto

“Compra, copia o descarga este disco”


Es una de las primeras veces que una multinacional (EMI) acepta que una de las bandas que ellos trabajan distribuya libremente su música por Internet; mientras se reorganizan en conjunto el resto de los ingresos.

Por Mariano Blejman

El disco Camino de la vida entera, de los españoles Canteca de Macao, viene con una declaración de principios en el arte de tapa: “pensamos que la cultura, como bien inherente a la humanidad, ha de estar al alcance de todos. Siempre nos hemos sentido muy cercanos a la alternativa del copyleft, la cual, entre otras cosas, da la opción a los autores de decidir sobre la gestión de sus propios derechos de autor y ofrece nuevas vías ajenas a la política de la SGAE (la sociedad que nuclea los derechos de autor en España). Copyleft no está reñido con el cobro de los derechos de autor pero sí lo está con que se gestionen de forma unilateral”, dice. Y más abajo pide: “Compra, copia o descarga este disco. Tu mism@”.


Ana Saboya es la dulce y guerrera voz de los Canteca y el “Chiki” Isidoro Lora Tamayo es además de la otra voz, y la guitarra de estos españoles nacidos en la calles de Lavapiés, en Madrid. Una estética bien peleadora (sus viajes a la chavista república bolivariana de Venezuela –donde se cruzaron con las poderosas Actitud María Marta– han acentuado ese perfil) y un fino sonido mestizo; con un claro perfil político a favor de la libre circulación de información y la cultura han puesto a esta agrupación en un lugar incómodo para la industria de la música; y también para ellos mismos. Por eso es de mencionar el “agradecimiento” de Canteca de Macao al encargado del publishing de EMI: “por creer en nosotros y apostar por una forma nueva de hacer las cosas”. Porque la manera de editar –además de su calidad musical y del fuertísimo show en vivo de la banda– ha sido –si no una revelación– una nueva forma de gestión entre la música y la industria.
“Cuando hicimos la primera grabación hace tres años, tocábamos en el barrio de Lavapiés, en la calle, sin ningún objetivo, y la única opción era que la gente pudiese acceder a nuestra música. Así que la colgamos en internet. Después empezamos a informarnos de otro tipo de licencias, como las de Creative Commons, y entonces nos arrepentirnos de habernos registrado en la sociedad de autores española, que funciona de una manera en base al copyright gestionando la totalidad de los derechos. La idea del copyleft funciona con la libre circulación de la cultura, y también de cara al autor, permite gestionar la obra compartidamente. Pero tener la opción de no cobrar los derechos cuando quieran es lo que no permite nuestra sociedad de autores de España”, cuenta Ana.
Los Canteca no renuncian a la posibilidad de ganar dinero por derechos de autor, pero se quedan con la propiedad de regalarlo cuando les plazca. Esa es una idea que proviene de lo que en software se llama “código abierto”, cuyo máximo exponente está en el mundo de Linux. “Nos hemos agarrado a la idea del Creative Commons como quien se agarra a un árbol cuando hay un vendaval muy fuerte. Nos ha costado mucho, porque ninguna productora de discos que va a participar económicamente quiere que pongamos el trabajo libremente en la web.” Pero los Canteca le han hecho entender a la industria que no se puede contra lo que no se puede. “La libre circulación de la cultura es algo bueno. Los artistas vivimos de los conciertos, pero la gente que no tiene dinero ¿por qué no puede acercarse a ella? Es como cuando se privatizan los museos, ¿cómo se puede privatizar una obra de arte que pertenece a la humanidad”, dice Ana. Esos, asegura, son “errores de la cultura”.
Lo que pasa en el disco de Canteca pasa también en la vida real. Los españoles son amigos del mestizaje nacido en las callecitas de Barcelona, y algo tienen de comunidad en su forma de mixturar el flamenco y el rock, con el tamiz del sonido europeo. “Somos nueve personas de España, la mayoría ha viajado un montón, cada uno venía escuchando una cosa; y también hay un chileno y un venezolano percusionista. Nos gusta mucho el folklore, los cantes de la tierra, el campo. Los hemos considerado siempre auténticos, aunque la gente que proviene del rock es igual auténtica, también forma parte de la tierra.” ¿Es necesario sonar ajustados a los standards europeos para poder ingresar a algunos mercados? “Nunca hemos hecho nada pensando en ingresar a ningún mercado. Siempre, te lo digo de corazón, hemos hecho lo que nos ha apetecido. Jamás hemos pensado en un plan que la gente va a querer comprar.”